Una nueva investigación de la Universidad de Edimburgo sugiere que la genética y la geografía pueden aumentar el riesgo del síndrome de la cola de Limber.
¿Qué es el síndrome de la cola de Limber?
Esta enfermedad es una miopatía que afecta los músculos de la base de la cola de los perros y hace que su movimiento sea difícil y doloroso.
¿Cómo diagnosticarla?
Comúnmente el perro que sufre del síndrome de la cola de Limber tiene la cola flácida y no la mueve demasiado sino que la deja caer o la coloca en posición horizontal a 3 o 4 centímetros del suelo. Incluso cuando el perro está en movimiento, su cola permanece en esta extraña posición.
Algunos síntomas:
- Le cuesta estar de pie o caminar (la cola es una parte fundamental de su equilibrio)
- No quiere hacer caca o le molesta hacerlo
- No se muestra muy entusiasmado en salir de casa
- Tiene dificultades en encontrar una posición cómoda
- Lloriquea y gime de dolor
¿Cuáles son las causas?
Las causas del síndrome de la cola de Limber no están claras al 100 % pero se cree que es debido a:
- Temperaturas frías
- Nadar en aguas demasiados frías
- Estar en espacios demasiado pequeños
- Ejercicio excesivo
Los perros de trabajo tienen mayor riesgo de contraer la enfermedad
Los resultados de la investigación nos muestran que los perros de trabajo y los perros que están acostumbrados a nadar, son 5 veces más propensos a enfermarse. Además, la geografía del perrete puede generar mayor riesgo de contraer la enfermedad (cuánto más al norte esté ubicado, más posibilidades tendrá de contraer el síndrome de la cola de Limber).
Aún si el frío y la humedad parecen aumentar el riesgo, esto no significa que haya que dejar de pasear a nuestro perro cuando hace más frío. Tu peque necesita ejercicio y recibir estimulación durante todo el año. Asegúrate de calentar y secar a tu perro una vez que lleguéis a casa y de evitar paseos largos cuando hace mucho frío si tu perro no está acostumbrado a este tipo de temperaturas.
¿Cómo se puede curar?
- Lleva a tu perro al veterinario: asegúrate de que no tenga otros problemas de salud o daños en los huesos. El veterinario le hará los exámenes de sangre y una prueba con rayos X.
- Medicinas anti-inflamatorias: pregúntale siempre a tu veterinario qué medicinas debes administrarle a tu perrete y cuál es la dosis de las mismas, nunca tomes decisiones sin consultar con tu veterinario.
- Compresas calientes: tanto para los humanos como para los perros, las compresas calientes ayudan a restaurar la musculatura. Posiciona la compresa caliente en la base de la cola de tu perro.
- Reposo: tu perro necesita descansar. Lo más probable es que él mismo busque el descanso pero, si no lo hace, lo tendrás que obligar a hacerlo.
Con algunos medicamentos básicos y un buen descanso tu perro debería curarse al cabo de una o dos semanas. Si este no es el caso, llama a tu veterinario.
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