¿Cuántas veces has visto a dueños de perros ser ignorados cuando llaman a sus peludos? Seguramente todos nos hemos visto en esa situación, tratando de hacer que nuestros perros vuelvan a nosotros mientras ellos corren a sus anchas. Ardillas, otros perros, comida, pelotas…son algunas de las debilidades de tu perro y por las que perderá la cabeza.
En algunos casos en los que un perro no ha aprendido a acudir a su llamada desde pequeño, tendrá problemas de adulto al obedecer a su sueño cuándo esta suelto. Como buenos dueños, queremos estar tranquilos y relajados sabiendo que nuestro perro volverá cuando le llamemos.
Con un buen entrenamiento nuestro perro aprenderá como obedecer cuando se le llama. En esta guía encontrarás los pasos necesarios para enseñar a tu perro.
1. Elige la orden
Puedes utilizar el nombre de tu perro, pero es más efectivo si utilizas una orden específica para este entrenamiento como “ven” o “aquí”. Utiliza bien esta orden. No la utilices cuando quieres atar a tu perro o cuando vayáis al veterinario o la hora del baño porque asociaría la orden con experiencias negativas. Sin embargo, ¡puedes utilizarla cuando le des de cenar!
2. Utiliza el agarra y suelta
¿Cuántas veces al día coges a tu perro por el collar? Seguramente lo haces cuándo ha hecho algo mal. Para evitar esta asociación negativa, acostúmbrate a agarrarle del collar cuando estéis jugando o haciendo algo divertido. Cada vez que le agarres del collar refuerza la acción con una golosina o mimos. En poco tiempo tu perro estará más que acostumbrado a que le agarres.
También deberías acostumbrarte a dar una orden antes de soltarle como “ya” o “vete”. Esto enseñará a tu perro que cuando le des la orden es el momento oportuno para irse a corres, investigar o jugar.
3. Utiliza premios apetitosos
Este entrenamiento es realmente importante, ya que tu perro podrá ir sin correa sin que te sientas inseguro. Por eso, es esencial preparar un buen premio, como trocitos de pollo, jamón o salchichas.
Una vez que tengas dominados los tres puntos anteriores, podrás comenzar con el entrenamiento.
Cómo entrenar a tu perro para que obedezca a tu llamada
Primer paso: practica en casa
Haz que tu perro asocie acudir a tu llamada con cosas buenas. Ten en la mano esas chuches tan deliciosas cuándo estéis en la misma habitación y llama a tu perro por su nombre. Cada vez que te preste atención, felicítale y dale una golosina.
Una vez que domine esto, añade a la secuencia la palabra que hayas escogido y prémiale cada vez que acuda a ti. Puedes mostrarle la recompensa para que vaya a ti.
Cuándo lo haga automáticamente tras escuchar tu orden, puedes empezar a practicar estando en diferentes habitaciones.
Recuerda recompensar siempre a tu perro con un premio y buenas palabras. Sí no va a ti, no repitas una y otra vez su nombre o la order, esto sólo hará que pierda su significado. Haz otras cosas y vuelve a probar al cabo de unos minutos.
Segundo paso: practica en el parque
Ve a un lugar que tanto tú como tu perro conozcáis bien. Busca un rincón cerrado y tranquilo. Practica lo aprendido en casa con la ayuda de una correa larga o extendible. Si tu perro acude a ti, dale una recompensa y muchos mimos.
Consejo top: un error típico es pedir a tu perro que venga y pedirle que se siente antes de darle su recompensa. Este gesto enseñará a tu perro que le estás recompensado por sentarse y no por venir. Dale la recompensa a tu perro cuando acuda a ti de inmediato.
Tercer paso: practica mucho
Practica este entrenamiento durante las próximas semanas – entrenamientos cortos y recurrentes. Cada vez que tu perro lo haga bien, recompénsale. Cuándo te sientas totalmente confiado, quítale la correa.
Recuerda no llamar a tu perro en cuanto le sueltes. Deja que investigue o juegue suelto durante un rato. Si le llamas y no viene, no le persigas o intentes agarrarlo. Si después de intentarlo varias veces sigue sin hacer caso, vuelve a entrenar con la correa larga. Cuántas más distracciones haya a su alrededor, más difícil será para él.
Cuarto paso: practica en diferentes situaciones
Empieza a añadir distracciones en el ejercicio. Por ejemplo, con otros perros, personas u otras situaciones que distraigan a tu perro. Prueba a realizar el ejercicio cuándo este descansando de jugar o cuando esté cerca de ti.
En cuanto vaya mejorando y dominando esta habilidad, suelta la correa. Con el tiempo, acudir a tu llamada será tan natural y automático como respirar.
¿Te obedece tu perro cuando le llamas? Cuéntanos cómo le has enseñado en Facebook o Twitter, o comentando el artículo.