Tener un perro por primera vez es un gran momento en la vida de cualquier amante de las mascotas. Además de darte cuenta que esto cambiará tu vida para siempre.
Como dueña de un Corgi rescatado, he querido compartir mi experiencia de tener un perro por primera vez y lo que implica la llegada de un nuevo miembro a mi familia. Al igual que ocurre cuando llega un bebé, tener un perro implica hacer cambios y sacrificios.
1. Ya no podrás dormir hasta tarde. Cuando es la hora del desayuno, es hora de levantarse.
2. Te has convencido a ti mismo que recoger caca es algo completamente normal y nada asqueroso.
3. El presupuesto dedicado a tu peludo ya no te permite volverte loca con las rebajas.
4. El chillido de un juguete para perros siendo literalmente destruido es el sonido de fondo en tu casa.
5. Ya no puedes salir sin tener que parar a cada 5 minutos porque alguien quiere saludar a tu peludo.
6. La aspiradora se ha vuelto tu electrodoméstico favorito.
7. No importa si llueve, si tu perro debe salir nada te detendrá.
8. ¿Has pensado en cambiar la tela de tu sofá? Pues te tocará hacerlo, aunque no lo quieras.
9. Olvídate de viajar ligero. Ahora toca pensar en la cama, el juguete favorito, la manta, el plato (a menos que encuentres un canguro, por supuesto).
10. Y además, disfrutarás de serenatas y cantos de tu perro cada vez que oiga una ambulancia.
¿Estás lista para estos cambios? Cuéntanos tu experiencia en los comentarios.