Esta es la triste historia de Mia, una perrita que vive en el sur de Italia.
Su dueño ató una piedra alrededor de su cuello con una cuerda de un metro y luego la arrojó al mar. Afortunadamente, Mia logró liberarse y regresar a la orilla.
Las personas que estaban en la playa llamaron inmediatamente a la policía que, gracias al chip, logró dar con el dueño.
El hombre fue denunciado por un delito de maltrato de animales y Mia ya no vive con él.
Las personas que rescataron a la perrita dicen que el dueño se justificó diciendo que “quería bañarla” pero que ella no quería.
¡Estamos muy felices de saber que Mia está bien y que logró salvarse de esta atrocidad!